Carta abierta para un amor

Una puerta, solo eso nos separa, una puerta de vidrio que me permite contemplar tu bella figura pero no besarla, una puerta inexorable, impenetrable e impermeable pero entreabierta, sí querida se encuentra entreabierta yo diría casi indecisa (no sabe si cerrarse o abrirse), una puerta que duda de su función de puerta, una puerta que ya no es cualquier puerta es "la" puerta, esa puerta que me separa de vos, que me aleja pero que al mismo tiempo me muestra una brecha, una posible abertura y me invita a acercarme, a sostenerla firme y tirar con todas mis fuerzas para abrirla pero eso no es todo querida no, cuando me acerco a la puerta esta se cierra en un instante dejándome sin oportunidades de poder colocar mis manos en ella quitándome toda esperanza, derrumbando mis ilusiones, aplastando mis sueños y lo peor, querida, es que una vez que me alejo vuelve a abrirse un poquito, más me alejo, más se abre y el juego comienza de nuevo.

Muchas veces seguí este juego creyendo que alguna vez podía ganar, pensando talvez que era cuestión de tiempo que la puerta se distrajera y así yo podría entrar, pero no, eso nunca pasó y ahora yo ya estoy cansado de jugar.

Ya no creo poder abrirla pues ella no quiere ceder, por eso ahora me rindo sin saber que hacer, sin embargo en mi mente quedará siempre la intriga de saber que había ahí atrás, que sueños hubiese alcanzado de haber podido cruzar, que amor me esperaba y que no pude acariciar.



Saludos desde el otro lado de la puerta.



Atentamente: El que escribe.