miércoles, 31 de marzo de 2010

El que espera y la Luna

Inmóvil allí, en la parada del bus, el hombre contempla la luna blanca y hermosa como nunca, con su mirada fija en el satélite su cuerpo olvida el entorno y su mente se libra de problemas, así, en este estado, el hombre parece no notar la caótica ciudad que lo rodea, con la salvedad del placer que le produce el viento al chocar con su larga cabellera, que junto a su intensa mirada, brinda una imagen casi heroica del hombre que sigue anonado observando aquello que cree es el invento más maravilloso de la naturaleza y que le otorga un hálito de luz en medio de tanta sombra. Su alma se llena, su vida se simplifica y su sonrisa emerge después de un largo tiempo de haber estado oculta, es que la luna inspira en este hombre el relato que ahora mismo están leyendo.

3 comentarios:

  1. La luna, que objeto tan hermoso es, a mi me a inspirado infinidad de veces y ahora lo hace otra vez

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  2. Claro, no hay muchas cosas que la superen en belleza

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