lunes, 28 de junio de 2010

Juicio

Ante la inapelable claridad del sol
mis ojos son declarados culpables

de haber encontrado en vos

algo que hace que me desangre

Pero es la Luna quien me condena
por haberte entregado mis venas
que hoy necesito y las veo ajenas
que hoy faltan y no me las dejas

Sin embargo la Tierra me entiende
ella sabe muy bien lo que se siente
dar y morir por alguien que miente
florecer y marchitarse le es corriente

Es tan así que cada vez que te veo
siento las olas golpeando por dentro
las rojas llamas y el fuego ardiendo
mi ser estalla y se va con el viento

Y una imagen atormenta mi mente
vos y yo en dos lugares diferentes
separados por ese gran demente
y yo cayendo en la eterna pendiente

Estoy oculto en la mañana
y hay un dedo que me señala
naturalmente no me extraña
que me culpe por aquella falla

Las nubes no dejan de perseguirme
y yo no hago más que esconderme
¿Por qué será que no puedo yo
vivir en paz y felizmente?

Es esta condena, casi una maldición
que evita por todos los medios
mis intentos de mejorar mi condición
y que me acorrala contra la perdición

¿Cómo hacer para dejar atrás el ruido que hace mi mente al descansar?
¿Cómo escapar a esta sombría soledad que me carcome sin cesar?
¿Dónde podré encontrar algún lugar para vivir en paz?

Finalmente te perdí y todos apuntan hacia mi
soy extremadamente preciso para fallar
y esta vez no tenía por qué cambiar
me quedé sin vos y con este triste final

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